martes, 23 de agosto de 2011

#30libros – Día 11: Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar


itinerarios
mis.amigos.

"llégate. acá tienes donde quedarte"


haciendo un repaso de los lugares a los que he asistido y a los que quisiera ir, ninguno de ellos es resultado del capricho de alguna editorial que vende sueños con sus locaciones. la verdad es que mis ganas de viajar siempre han venido (aún cuando yo vaya) de las ganas, no de ir, sino de volver a algo, a alguien. volver a mí y mis amigos.

algunos me han ofrecido sus casas, esas bonitas de allá, las de las puertas abiertas; otros algún invaluable consejo, una ruta, un escape y un punto de encuentro.

para viajar, he leído miles de horas. letras que, una tras otra, alcanzarían para llenar la biblioteca de alejandría. aún así, muchas quedarían afuera y serían grabadas en tacos de madera y arrojadas en algún patio de juegos, para que otros niños experimentasen también mi alegría.

acá rodé, y soy el primer perdedor del reto #30libros. no he leído un solo libro (con su tapa, lomo y contratapa) que me impulsase a viajar, tampoco a quedarme quieto. nunca quise ir a macondo ni al buenos aires de cortázar. jamás deseé conocer otros planetas o tan siquiera el centro de esta tierra. pero quise conocer luxemburgo, en donde pablito recorrió sus puentes. conocí la madrid de angelines, a pie y con los ojos bien abiertos para no perderme de nada. quise pisar suelo africano aupado por la negra paty, y fue ella misma quien me escoltó a marrakech.

ulises pudo con millones de mortales, varios semidioses y hasta doblegó a poseidón. "húndeme este", gritó triunfal. ahora bien, nunca logró sembrarme la inquietud de conocer grecia como lo hicieran las tardes de documentales de discovery channel con mi hermano. amsterdam, barcelona. nunca fueron para mí algo especial, hasta que cindy me tomó de la mano, sin estar, y me llevó a recorrer parc güell catalán, para luego hacer una parada estratégica en el distrito rojo holandés.

con las letras de ile y mela conocí choroní. primero en papel, en sensacionales y detalladas crónicas de su gente y su esencia; luego, la necesidad de certeza me empujó a ver este lugar maravilloso con mis ojos. a experimentarlo con todos mis sentidos... después de viejo. un regalo que jamás podré retribuirles.

y son esas personas, y muchos otros cartógrafos, quienes han alimentado mis ganas de salir a encontrar el mundo, al tiempo que me han dotado de mapas para poder hacerlo. lamento un poco haber echado a perder el reto. a todos, gracias.

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