cada noche, al acostarme en mi cama, siento a caracas temblar. no sé si es ella, la ciudad, o yo, temeroso de los sueños que vendrán.
martes, 26 de febrero de 2013
jueves, 14 de febrero de 2013
es una larga historia
el mar estaba quieto aquel día. lo observaba desde lo alto del muelle. se antojaba cálido, calmo, como si por mil segundos o mil años se hubiera detenido a contemplar el sol que calentaba y nutría sin quemar. ese mismo sol que saludaba desde arriba, pero con la humildad de quien se observa a sí mismo feliz, reflejado sobre aquel hermoso espejo de agua y sal. feliz. así como por un instante, tan sólo un instante, me descubrí a mí mismo en medio de todo aquello.
desearía no haber tenido zapatos de cemento
desearía no haber tenido zapatos de cemento
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