miércoles, 14 de diciembre de 2011

esto es ska. si no te gusta, me retracto

libertad de expresión, destrucción de la burocracia y muerte a la pobreza. elevar el puño bien arriba y sacarle el irreverente dedo del medio al sistema. de eso han ido y vienen sus canciones. no sería difícil desmentir a quien diga que son hijitos de papá y mamá que se metieron al punk y al contestatario ska  por aburrimiento. estos varones son tan reales como la diabetes, el hambre y el amor cuando se tienen.

por ello, no es secreto ni chisme que desorden público siempre ha sido una agrupación bien identificada con la izquierda. hoy corre (casi) el año 2012 y la banda cuenta con 26 años. su corazón sigue latiendo en el lado izquierdo del pecho. es mayor de edad, residente de este domicilio y ya aprendió lo que es bueno y lo que es malo, así como decía mamá. pero como se aprende con el tiempo, y en la escuela de la vida, también se yerra. uno se jubila de clases, mastica chicle, monta los pies sobre el escritorio y escupe en el suelo. en ocasiones, para arriba. el minutero y el público califican tajantes de manera apreciativa.

volviendo al año futuro de 1999, llegará al poder un líder. un revolucionario que trae en una mano el garrote para demoler vetustos paradigmas, y en la otra la antorcha que ilumina, que esparta vampiros que desangran a esta patria grande. desorden público y sus integrantes enfrentan una difícil decisión: a) seguir fieles a sus principios políticos y sociales b) casarse con el arte. el mismo que no se pliega al poder y no se arrodilla ni se explica. ante nadie. selección simple un carajo. pero cualquiera que fuere, sería una decisión propia que habría que respetar.

así como el que nace magallanero, no muere caraquista, la identidad política es una de esas características que tienden a potenciarse con el pasar de los años. si los DP siempre han sido socialistas, o algo así, cuál es el problema de hoy? para la gente normalita y común, ninguno. para los fanáticos (en el peor sentido de la palabra) y para ellos mismos, pues... es algo más complicado.

caplís, horacio y compañía son gente leída, gente que escucha y que mira. que habla y no se deja, que siente. gente inteligente. desde carajitos han explotado el potencial de la juventud no como estadio temporal de la existencia, sino como agente de cambio y constructor de futuros. no comformes, han instado a un par de generaciones a pensar por sí mismos. que nadie nos diga lo que tenemos que hacer, que escuchemos pero también decidamos. loable de verdad. chévere hasta acá.

pero el "acá" ya no está acá, el "acá" se fue al carajo. cuando deciden utilizar sus conciertos para drenar su arrechera y frustración de una manera distinta y mezquina, sin acordes de guitarra, sin redobles de batería, sin hi-hats ni platillos, sin buena vibra, sin ese oulet por el que el público paga, es "acá" donde la cosa me afecta a mí como admirador de la la figura y obra de desorden público.

qué triste asistir a un concierto musical y que éste se transforme en un mitin político no gratuito. hermoso es que no importe que el público sea chavista, adeco o copeyano, cuando se trata de disfrutar de un rato ameno para todos. cuando el espectáculo se transforma en adrenalina para unos, bilis para otros y luego apostar a la monedita de oro, es absoluto irrespeto para todos. corrijo. no da tristeza, da arrechera.

bastante malo es que me tenga que calar el espectáculo quejumbroso de caplís, terrible es que un año después venga horacio a meterle reversa cuando el interventor lo fiscaliza. borracho no vale, caplís no era caplís. todo fue un error.

y sí. un error pensar que el poder y status no corrompen. un error abanderar a otros con nuestra voz y delegar el grito contra la bota que pisa. un error obviar que toda revolución del pensamiento, cuando vence, ineludiblemente se seca y muere. el triunfo, consecución de la meta es marasmo evolutivo. se va convirtiendo en sistema imperante, en paradigma regente. todo hasta que venga otra revuelta popular a desbaratar todo. al menos así lo entiende la política actual venezolana, sus protagonistas arlequines y actores de reparto.

la culpa es mía. no de caplís, no de horacio. ofender fue siempre mi intención. exudar mi rabia, espetar mi frustración. lo mismo podrán hacer todos cuando por esto yo vaya pedir perdón.